Ayuno intermitente ¿Sí o no durante el embarazo?
(Autora artículo: Isabella Parilli)
No debemos olvidarnos de algo muy importante: el embarazo es un momento en el que la nutrición y un estilo de vida saludable son imprescindibles. Tu alimentación debe ser variada en alimentos que aporten todos los nutrientes que tanto la madre como el bebe necesitan. ¡La pérdida de peso nunca debe estar en tus planes! Por tanto, el embarazo NO es el momento más oportuno para seguir una dieta restrictiva, como es el caso del ayuno intermitente (AI).
Esto no se debe a que el ayuno sea perjudicial en condiciones normales, sino a que durante el embarazo una mujer aumenta sus necesidades nutricionales y si disminuimos las horas en las que comemos se nos haría muy difícil cubrirlas.
Razones por las que NO te recomendamos el ayuno intermitente durante el embarazo:
- Cambiar drásticamente tus hábitos puede provocar deficiencias nutricionales y problemas de salud tanto para ti como para tu bebé.
- Durante el embarazo se instaura una condición normal de hipoglucemia más marcada en los periodos de ayuna: esto hace que – para evitar esta situación- las células empiecen la gluconeogénesis, proceso que implica la producción de glucosa (necesaria) pero también de cuerpos cetónicos. Estos últimos atraviesan la placenta, son nocivos para la salud de un organismo en formación, pueden dar falta de oxígeno y afectar el desarrollo cerebral.
- Estudios han reportado que en mujeres embarazadas de menos de 34 semanas de gestación, los períodos de ayuno superiores a 13 horas (incluyendo la noche) aumentan la posibilidad de nacimientos prematuros.
Y… ¿Por qué ocurre? Esto puede ocurrir porque durante el ayuno se eleva una sustancia llamada hormona liberadora de corticotropina, la cual puede inducir el trabajo de parto prematuro.
- Por otro lado, existe poca evidencia sobre los efectos del ayuno intermitente a largo plazo. Sin embargo, se sabe que la dieta materna durante el embarazo puede provocar alteraciones fisiológicas que pueden tener implicaciones para la salud que aparecen más tarde en la vida adulta.
Los órganos de tu bebé se están desarrollando y pueden verse afectados permanentemente debido al déficit calórico que habitualmente ocurre durante el ayuno. Y aunque recién nacido no nos demos cuenta, las consecuencias pueden surgir en su vida adulta, como por ejemplo un mayor riesgo de diabetes tipo 2 y problemas renales.
- También se ha visto que las restricciones nutricionales del ayuno pueden aumentar los niveles de cortisol de las madres (hormona del estrés). Y esos niveles elevados de cortisol pueden causar deterioro cognitivo en los niños.
- El ayuno también puede afectar a la madre. Puede empeorar los síntomas típicos del embarazo como las náuseas, mareos, cansancio, así como también provocar dolores de cabeza y deshidratación.
En el caso de las náuseas, durante el embarazo se recomienda fraccionar las comidas en varias tomas pequeñas con el objetivo de estabilizar los niveles de azúcar en la sangre y disminuir la sensación de náuseas. Estas recomendaciones serían inviables si prácticas en ayuno intermitente.
Para evitar los riesgos del ayuno en el embarazo es importante que no pases más de nueve horas sin comer y seguir una dieta variada en la que se incluyan las frutas, las verduras, la carne, el pescado, los huevos, los frutos secos y los alimentos integrales. Por tanto, el periodo más largo sin comer será durante la noche. El resto del día debes comer de forma habitual, y lo ideal sería fraccionar tus comidas en 5-6 tomas al día.
A pesar de que hay estudios que demuestran que el ayuno intermitente podría tener efectos negativos en la salud de la madre y el bebé, hay también algunos estudios que no han constatado efectos negativos. La controversia que existe no permite considerarlo una práctica segura durante el embarazo y, por tanto, no se recomienda. Se necesitan más estudios que evalúen los posibles efectos negativos del ayuno, tanto a corto como a largo plazo, para que en función de los resultados se establezca un consejo adecuado.