Listeriosis: ¿Qué es y cómo puedo prevenir esta infección durante el embarazo?
La listeriosis, infección causada por la bacteria Listeria monocytogenes, se adquiere principalmente tras comer alimentos contaminados. Cualquier persona puede adquirirla, pero las embarazadas tienen mayor susceptibilidad (¡hasta un 20% más!) y riesgo de que les provoque síntomas y complicaciones. ¿Sabes cómo prevenirla, qué síntomas tiene y cuáles pueden ser sus efectos en el feto? Os lo cuentan Anna Goncé, especialista en infecciones, y Francesca Crovetto, ginecóloga especialista en el seguimiento del embarazo de bajo y alto riesgo.
¿Cuáles son los síntomas de la listeriosis?
“La listeriosis suele presentarse con síntomas similares a los de la gripe: fiebre y un cuadro pseudogripal inespecífico. En algunos casos también pueden aparecer síntomas digestivos o dolor abdominal”, nos explica Anna Goncé, especialista en infecciones en medicina maternofetal de BCNatal (Hospital Clínic y Hospital Sant Joan de Déu), cuando le preguntamos sobre la listeriosis.
¿Por qué las embarazadas tienen más riesgo de contraer listeriosis?
“Los cambios hormonales durante el embarazo producen un efecto sobre el sistema inmunológico de la madre que la hacen más susceptible a la listeriosis”, explica Goncé. “De hecho, las mujeres embarazadas tienen una probabilidad 20 veces mayor que otros adultos sanos de contraer listeriosis –aproximadamente un tercio de los casos de listeriosis ocurren durante el embarazo–”.
¿Cómo puede afectar la listeriosis al feto?
Esta infección suele ser un cuadro leve para la madre, pero tiene gran afinidad por la placenta y puede infectar al feto y tener graves repercusiones para el bebé. Si la infección ocurre en los primeros meses de embarazo puede llevar a un aborto o a una muerte fetal intrauterina; en el tercer trimestre (momento más frecuente de la infección) es causa de corioamnionitis (infección de las membranas placentarias y del líquido amniótico) y parto prematuro (parto antes de la semana 37 de embarazo), con una mortalidad para el bebé de aproximadamente el 20%.
En los casos de sospecha de síntomas por infección por Listeria es importante iniciar un tratamiento antibiótico lo antes posible y la mayoría de las veces de forma endovenosa (con ingreso hospitalario), puesto que puede mejorar el pronóstico e incluso curar la infección antes de que aparezcan las complicaciones.
¿Cómo prevenir la listeriosis?
Las mujeres embarazadas pueden reducir considerablemente las probabilidades de enfermarse si siguen cuidadosamente las medidas higiénicas y una serie de normas dietéticas para evitar el consumo de los alimentos potencialmente peligrosos. Los alimentos que tienen más riesgo de contaminación por listeriosis son los productos lácteos no pasteurizados, los productos cárnicos precocinados, y el marisco. Debido a que la Listeria puede crecer a las temperaturas de refrigeración o congelación y solo se elimina con una cocción a temperaturas elevadas, se aconseja:
- No se recomienda comer quesos y productos lácteos no pasteurizados. Hay que fijarse bien en las etiquetas o preguntar al dependiente que nos atienda. A menudo los quesos no pasteurizados son del tipo feta, brie, camembert, o como el roquefort o el cabrales. Se puede comer sin riesgos los quesos pasteurizados, muchos de los quesos para untar, mozzarella, requesón y yogur.
- No tomar leche cruda ni comer alimentos o platos preparados con leche cruda.
- Cocinar muy bien todos los alimentos, especialmente las carnes, mariscos y pescados; y evitar pescados y mariscos ahumados (salmón, trucha, bacalao…).
- Evitar los derivados cárnicos, tales como salchichas, patés, fiambres, embutidos, etc., salvo que estén recalentados hasta el punto de emitir vapor. Se pueden comer los patés y los productos de carne para untar enlatados o que han sido procesados para conservarse sin que se deterioren.
- Utilizar lo antes posible todos los productos perecederos que estén precocinados o que vengan listos para comer…
- Limpiar con frecuencia el frigorífico.
- Lavarse las manos con agua caliente y jabón después de manipular cualquier tipo de alimento fresco. Así mismo, lavar meticulosamente las frutas y vegetales, las tablas de cortar, la vajilla y los utensilios con el fin de eliminar cualquier bacteria que haya podido contaminar los alimentos antes de ser recalentados..
- Recalentar muy bien todas las sobras de las comidas hasta que se observe el vapor. El calor puede ayudar a matar cualquier bacteria que pudiese estar presente.
¿Qué debes hacer si has consumido un alimento contaminado?
Debe ponerse en contacto con su centro de salud para que la informen correctamente. “La incubación de la infección puede ser larga, de hasta 70 días”, detalla Goncé. Una vez consumido el alimento no se puede hacer nada para evitar la infección, ni para diagnosticarla antes de que aparezcan los síntomas. “En estos casos es importante estar alerta y consultar de forma precoz la aparición de síntomas compatibles (diarrea, fiebre…) para confirmar el diagnóstico e iniciar el tratamiento antibiótico lo antes posible”.