Sensibilidad al gluten y celiaquía en el embarazo

¿Qué es el gluten?

El gluten es una proteína que está presente en la semilla de múltiples cereales como el trigo, cebada, espelta y algunas variedades de avena, así como sus productos derivados. 

¿Qué diferencia hay entre la sensibilidad al gluten y la celiaquía?

La sensibilidad al gluten no celíaca (SGNC) es una patología que se caracteriza por presentar sintomatología digestiva (y extradigestiva) relacionada con el consumo del gluten dada la ausencia de enzimas que impiden su correcta digestión y absorción. Generalmente, se asocia al consumo de harinas refinadas que están presentes en muchos productos de consumo diario.

Por otro lado, la celiaquía es una enfermedad de origen autoinmune provocada por la ingestión de gluten que daña al revestimiento del intestino delgado, poniendo en riesgo la vida del celíaco.

Entonces, si estoy embarazada, ¿puedo tomar gluten?

En el caso de padecer una celiaquía no. Se debe eliminar totalmente el gluten de la dieta, ya sea con el propio alimento, como el posible contacto por contaminaciones cruzadas o presencia de trazas. 

En cambio, si se padece SGNC pueden llegar a tolerarse pequeñas cantidades de gluten. Es más, en la SGNC no se recomienda hacer una dieta estricta libre de gluten, ya que puede aumentar el grado de sensibilidad. Es importante detectar el grado de sensibilidad con la ayuda de un profesional para evitar eliminar alimentos innecesarios de la dieta y reducir así el riesgo de padecer deficiencias de vitaminas y minerales esenciales para el buen desarrollo fetal como la niacina, ácido fólico, hierro entre otros.

A continuación, te hemos preparado una lista de alimentos para que puedas identificar qué alimentos tienen gluten y cuáles con mayor facilidad.

Alimentos con contenido en gluten (o que se debería consultar bien la etiqueta): Trigo, centeno, cebada, espelta, kamut. Verduras, hortalizas y frutas (precocinadas, fritas, confituras…). Frutos secos fritos con azúcar o en polvo. Carnes, aves, embutidos preparadas con salsas de elaboración no controlada. Sucedáneos de pescado. Huevo hilado. Leches o yogures en polvo. Quesos manipulados. Salsas y aliños. Helados. Postres lácteos. Sopas, cremas y pastillas de caldo. Especias molidas. Levadura química. Azúcar avainillado. Tabletas de chocolate, preparados de chocolate. Café soluble. Cerveza sin especificar. Caramelos y golosinas, etc. 

Alimentos sin gluten: Maíz, arroz, mijo, teff, quinoa. Todas las verduras, hortalizas y frutas (frescas, congeladas y sin cocinar). Frutos secos. Cualquier tipo de carne o ave fresca o congelada. Todo tipo de pescado fresco, salado, ahumado y cocido congelado sin rebozar. Conservas de pescado al natural. Todo tipo de leche fresca, mantequilla. Yogures naturales. Cuajada, cuajo, requesón, kéfir. Caldos y salsas caseras con harina sin gluten. Especies y colorantes envasados naturales, en grano y sin moler. Azúcar blanco, moreno, miel. Cacao puro. Aceite de oliva.

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