Sintomas menopausia

Menopausia: ¿qué síntomas indican que estoy entrando en esta etapa?

La menopausia es una etapa de la vida de la mujer que, en general, se sitúa entre los 45 y los 55 años. La edad media es a los 51 años. En este periodo vital, hay una progresiva disminución de la producción de hormonas sexuales (estrógenos y progestágenos) por parte de los folículos de los ovarios. Muchas mujeres creen que esta etapa se inicia cuando dejan de tener la regla. Sin embargo, estos cambios hormonales producen algunos síntomas clásicos antes de que falte la regla. Los desgrana nuestra especialista en Ginecología y Obstetricia y en Medicina Funcional, Elisa Llurba, Profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona y Directora Médica de BeDona.

¿Qué etapas tiene la menopausia?

  1. La transición hacia la menopausia o perimenopausia. Se inicia cuando alrededor de esta edad notamos cambios en nuestros periodos.
  2. Menopausia. Se define cuando han pasado 12 meses de la última menstruación. No se necesita una analítica para confirmarlo especialmente, si además tienes los síntomas descritos a continuación.
  3. Postmenopausia. Es la etapa posterior a la menopausia.

¿Cómo cambian las hormonas durante estas etapas?

Los niveles en sangre de las hormonas fluctúan durante estas etapas. Las dos hormonas que mandan información a los ovarios, la FSH y la LH, que se sintetizan en una glándula del cerebro que se llama hipófisis, pueden mantenerse en niveles normales o pueden empezar a elevarse para intentar, por ejemplo, compensar un ovario que empieza a fallar. En este momento concreto, la FSH será más alta. El aumento de la FSH va a lograr estimular los últimos folículos del ovario. De manera que incluso aumentan los niveles de estrógenos, lo que puede condicionar unas menstruaciones irregulares, o provocar síntomas como la hinchazón de barriga o las molestias de los pechos. Cuando ya se agota definitivamente la producción de estrógenos, los niveles de FSH y LH son muy altos, ya que siguen intentando que el ovario reaccione.

6 síntomas que pueden hacerte pensar que estás iniciando la menopausia aunque tengas reglas

  1. Reglas irregulares. Los cambios pueden ser diferentes en cada mujer. Algunas tienen periodos más o menos frecuentes, a otras la regla les puede durar más o menos días, hay las que tienen más o menos sangrado que habitualmente, o las que les falta la regla durante 2 o más meses.
  2. Sofocaciones. Si, de repente, notas que te sube calor desde el pecho y se extiende por todo el cuerpo durante 2 o 4 minutos, seguramente estés experimentando una sofocación. Puede ser que también sudes y después te quedes con una sensación de frio con escalofríos. O que coincida con una sensación de aceleración del corazón o taquicardia, o con sensación de agobio o ansiedad. Ocurren una o dos veces al día. A veces hasta varias veces durante el día o la noche. Para la mayoría de mujeres es una sensación muy desagradable que les limita su actividad, su trabajo, su ejercicio físico o el sueño. Por tanto, las sofocaciones repercuten mucho en su calidad de vida. Los sofocos duran entre 2 y 4 años y pueden empezar antes de que se retire la regla. ¿Qué provoca los sofocos? Es una pregunta que todavía no tiene respuesta científica.
  3. Sudoraciones nocturnas. Son debidas a sofocos nocturnos. Muchas veces, generan sudoración abundante y pueden despertarnos a media noche. Nos desvelamos empapadas en sudor y con una sensación muy desagradable, y luego, al enfriarnos sentir frío. Estas sudoraciones pueden ocurrir varias veces en una sola noche, de ahí que en parte expliquen la mala calidad del sueño y la falta de reposo. No dormir bien se traducen en otra sintomatología típica de esta etapa: la fatiga, la irritabilidad y la falta de concentración.
  4. Problemas para dormir. Independientemente de si tenemos o no sudoraciones nocturnas, también es frecuente que las mujeres empecemos a notar en esta etapa dificultad en conciliar el sueño o despertares a media noche sin poder volver a dormir.
  5. Sequedad vaginal. Los órganos sexuales, en especial la vagina y el sistema urinario, tienen muchos receptores de estrógenos. Estas sustancias hacen que la piel y la mucosa estén fuertes y bien lubrificadas. Pero con la bajada de estrógenos, ¿qué sucede? La piel de las mucosas se afina y se vuelve más débil. Esto hace, en primer lugar, que las relaciones con penetración sean dolorosas. También que se produzcan desequilibrios en nuestro sistema inmune y en nuestras bacterias de la flora. Estas nuevas condiciones hacen que incremente el riesgo de infecciones de orina y candidiasis. Esta falta de hormonas también afecta al resto de los tejidos del suelo pélvico, que se debilitan, facilitando la aparición de incontinencia de orina, de heces o el prolapso de órganos como el útero.
  6. Cambios de humor, capacidad de procesar información, ansiedad y depresión. Con todo lo que hemos dicho hasta ahora, no es de extrañar que en esta etapa las mujeres nos sintamos mal, con más tendencia a estar irritables o tristes. Nuestro cerebro también sufre cambios por la falta de estrógenos. Por eso, es frecuente la sensación de olvidarnos de las cosas o de no poder concentrarnos en una tarea. La disminución de las hormonas también impacta directamente en nuestra líbido, cosa que sumada a los cambios de nuestra salud íntima, afecta a nuestra relaciones sexuales y de pareja.

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