Vulvovaginitis

Qué hacer para prevenir las vulvovaginitis

La mayoría de las mujeres ha sufrido un episodio de vulvovaginitis a lo largo de su vida. ¿Cómo prevenirlos? ¿Cómo conseguir que no se repitan? ¿Por qué se producen? ¿Cómo tratarlos?. Cristina Vanrell, ginecóloga y obstetra especializada en enfermedades de transmisión sexual, nos explica como prevenir y tratar tipo de infecciones que a menudo nos hacen la vida imposible.

La vulvovaginitis es la inflamación de la mucosa vaginal y de la vulva, no siempre de forma simultánea, y que comporta picor/ardor y aumento del flujo vaginal que en algunos casos puede ser maloliente.

Los estudios muestran que hasta un 70% de las mujeres ha experimentado un episodio de vulvovaginitis a lo largo de la vida, y que hasta un 50% de ellas presentarán, al menos, un segundo episodio.

¿Qué causa esta inflamación vulvo-vaginal?

Las causas pueden ser diversas:

La mayoría de las veces son debidas a un sobre-crecimiento de hongos: los más habituales son los llamados cándida, por ello se conoce la irritación como CANDIDIASIS. Otras veces puede estar producida por bacterias: pueden ser de muchos tipos pero las más conocidas son las llamadas Gardnerellas y esta vulvovaginitis se conoce como VAGINOSIS.

Otras veces la vulvovaginitis no es infecciosa, sino que tiene un origen irritativo o alérgico.

¿Son la candidiasis o vaginosis infecciones de transmisión sexual?

La candidiasis y la vaginosis NO son infecciones de transmisión sexual,  pero  son más frecuentes en mujeres con actividad sexual (sobre todo la vaginosis).

¿Por qué se producen?

Como hemos comentado la mayoría son debidas a una alteración de la flora vaginal con un crecimiento por encima de lo normal, de hongos o bacterias. Hay que recordar que la flora vaginal normal está compuesta por más de 10 billones de bacterias (Microbiota vaginal). El 95% son del género Lactobacilos y son las responsables de mantener el pH de la mucosa vaginal y reforzar la inmunidad, siendo este el principal mecanismo de defensa frente a la infección por otras bacterias patógenas (gérmenes).

La composición normal de la flora vaginal puede variar por la interacción entre el medio interno y los propios microorganismos, pero también puede modificarse por factores externos tales como el estrés, el tabaco, la actividad sexual, la utilización de antibióticos, etc…

¿Cómo puedo saber si tengo una vulvovaginitis?

Si tienes picor, ardor o un flujo vaginal muy abundante es probable que tengas una vulvovaginitis.  Es recomendable que si presentas alguno de estos síntomas, acudas a un especialista para que pueda explorarte. 

En muchas ocasiones, solo con unas preguntas y la exploración el facultativo puede llegar a tener una orientación de la causa de la vulvovaginitis e indicar un tratamiento específico. En otros casos se debe tomar una muestra del flujo vaginal y realizar un cultivo para saber cuál es el agente causal o a veces para poder descartar una infección y orientar la vulvovaginitis a una causa alérgica o irritativa.

¿Cómo debo tratarla?

El tratamiento depende de la causa de la vulvovaginitis, por ello es importante dirigirse a un especialista que pueda hacer el diagnóstico y proponerte el tratamiento más adecuado, que en las causas infecciosas acostumbra a ser con óvulos vaginales, aunque a veces hay que recurrir también a la terapia oral, sobre todo en caso de recidivas.

Para el tratamiento de las vaginosis por hongos se aplicarán tratamientos antimicóticos (antifungicos) y para la vaginosis el tratamiento serán antisépticos o antibióticos.

No es necesario que tu pareja se trate – El tratamiento de la pareja no influye en la prevención de recurrencias ya que no es una infección de transmisión sexual.

¿Qué puedo hacer para prevenirlas?

La forma perfecta para prevenir estas infecciones no existe, sin embargo, se pueden tomar probióticos, por vía oral o vía vaginal con el objetivo de reforzar la flora vaginal e intentar prevenir vulvovaginitis infecciosas y sus recurrencias.

Las recurrencias de las vulvovaginitsi infecciosas son muy frecuentes, y aunque pueden ocurrir de forma esporádica sin poder identificar ningún factor precipitante, sí que  existen varios factores que pueden predisponer a la infección y nos pueden orientar a la hora de realizar prevención:

  • Toma de antibióticos – Casi una tercera parte de las mujeres presentan candidiasis durante o después de un tratamiento con antibióticos. Estos medicamentos inhiben la flora vaginal normal, lo que favorece el crecimiento de hongos como las cándidas. En mujeres predispuestas a candidiasis de repetición, bajo supervisión de un especialista, la toma de probióticos o incluso de un antifúngico oral, al inicio y final del tratamiento antibiótico, puede prevenir la recurrencia.
  • Debut de la actividad sexual – Los primeros años de actividad sexual se asocian a un aumento de las vulvovaginits infecciosas por qué se modifica la flora vaginal. Se recomienda el uso de preservativo para minimizar el impacto así como evitar infecciones de transmisión sexual que también comportan cambios en la flora vaginal.
  • Actividad sexual: No existe relación con el número de parejas sexuales, pero sí con la práctica de sexo oral o anal. Nuevamente se recomienda el uso de preservativo reduciendo el riesgo de infección por gérmenes no habituales en la flora vaginal.
  • Gestación: los cambios hormonales que se producen en el embarazo predisponen a la aparición de vulvovaginits micótica, es importante acudir al especialista para recibir el tratamiento adecuado y actuación específica durante recurrencias.
  • Ciclo menstrual: la vaginosis aparece más frecuentemente tras la menstruación, ya que la sangre modifica el ph vaginal. Se recomienda cambiar el tampón (en caso de usarse) con frecuencia durante la menstruación para minimizar el riesgo de crecimiento bacteriano característico de la vaginosis
  • Diabetes mellitus – Un mal control de las glicemias favoreces la infección por cándidas.
  • Inmunosupresión – La vulvovaginitis infecciosas son más comunes en personas con un sistema inmunitario más débil, como por ejemplo por la toma de inmunosupresores como los corticosteroides.
  • Lavados íntimos excesivos y el uso de ropa íntima sintética y ajustada. Algunas mujeres se lavan muy a menudo para sentirse más limpias. La vagina por si sola es capaz de mantener un buen balance de la flora vaginal; una higiene excesiva puede alterar este balance y favorecer las vulvovaginitis

Es importante recordar que incluso si los síntomas se resuelven después de pocas dosis de tratamiento, es necesario realizar toda la pauta completa para reducir el riesgo de recidivas.

En el caso de las vulvovaginits no infecciosas pueden ayudar a prevenir recidivas, diversas actuaciones relacionadas con la causa de la misma:

  • Irritativa Evitar agentes irritantes tales como el rasurado, el uso compresas perfumadas, la ropa ajustada, la humedad mantenida o la higiene defectuosa (por defecto o exceso). También es importante tratar la incontinencia urinaria, en caso de que sea necesario ya que la orina puede ser un claro factor desencadenante de vulvitis irritativa.
  • Atrófica – Es debida a la disminución de estrógenos en la menopausia. Se recomienda hidratar bien la zona con hidratantes vulvares y/o vaginales y puede estar recomendado el uso de estrógenos locales bajo supervisión médica.
  • Alérgica Evitar la exposición al alérgeno específico.
  • Enfermedades de la piel – Entre ellas el liquen escleroso, que causa picor y cambios en la piel, y que requieren supervisión médica y  un tratamiento específico.

Se recomienda utilizar siempre jabones íntimos y mejor si se diluyen en agua antes de aplicarlos.

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