Adolescente

Cambios emocionales en la adolescencia

La OMS (Organización Mundial de la Salud) define la adolescencia como el periodo de crecimiento y desarrollo humano que se produce después de la niñez y antes de la edad adulta, entre los 10 y los 19 años. Esta transición se produce gradualmente y la duración es muy variable. La psicóloga Anaïs Barcelona nos habla en este artículo de los importantes cambios que viven los adolescentes durante esta etapa.

“La adolescencia es como una casa en tiempo de mudanza: un desorden temporal.” Julius Warren

La palabra adolescencia tiene su origen etimológico en el verbo latino adolecere, que significa “crecer hacia la madurez”.

¿Hay tantos cambios en la adolescencia?

Para tener una referencia, el ritmo acelerado de crecimiento y los diferentes cambios, solo son superados por el que experimentan los lactantes.

El adolescente experimenta una montaña rusa emocional, con grandes contradicciones respecto a sí mismo y el entorno que le rodea.

Dado que es una etapa con grandes cambios en la esfera emocional, es importante que se realicen intervenciones para promover su salud mental: desarrollar sus fortalezas y recursos ante las situaciones difíciles, promover entornos y redes sociales favorables, ayudarlos a regular sus emociones y potenciar las alternativas a los comportamientos de riesgo.

¿Por qué tienen esos cambios de humor?

  • Sobre todo con los adultos (padres y profesores), tienden a mostrar cierta irritabilidad o a contestar de manera poco adecuada. Pretenden reafirmar su rol diferenciándose del niño que fueron y el adulto que serán.
  • Su estado de ánimo es fluctuante y pueden pasar fácilmente de una emoción agradable a una desagradable. Así mismo, se sienten inseguros ante un entorno demandante que les exige responsabilidades.
  • Frecuentemente tienen una pobre evaluación de sí mismos, autoestima. Los adolescentes piensan constantemente en el futuro (académico, laboral, afectivo) y deben tomar decisiones para las que muchas veces no se sienten preparados.
  • La búsqueda de nuevas experiencias y sensaciones es frecuente en esta edad, por lo que el peligro de conductas de riesgo (abuso de tóxicos y adicciones tecnológicas, conductas sexuales de riesgo, etc.) es más elevado.
  • La mayoría de sus acciones van encaminadas a conseguir resultados a corto plazo sin tener en cuenta las consecuencias. 

¿Por qué se encierran en sí mismos y parecen “herméticos”?

A grandes rasgos, los adolescentes son egocéntricos y suelen comunicarse poco, sobre todo con los adultos y, creen que son los únicos que se sienten de una determinada manera, que son especiales por sentirse así. Como consecuencia, la comunicación con los adultos se vuelve difícil.

Y la sexualidad, ¿qué papel ocupa?

En esta época, el interés por el sexo es muy notable. Poseen mucha información pero no siempre una adecuada formación.

Los impulsos sexuales se exacerban y empiezan a tener sus primeras relaciones afectivas y sexuales. En este sentido, es imprescindible que tengan una adecuada educación sexual por parte de sus progenitores y otros adultos fuera de la familia, a pesar de que muchas veces aparecerá la vergüenza por ambas partes.

La masturbación va a ser una práctica común y tendrán sus primeras relaciones practicando “petting” o frotación de genitales. Es esencial que conozcan los diferentes métodos de contracepción y cómo prevenir las enfermedades de transmisión sexual (ETS).

Se sienten excesivamente preocupados por la opinión de las personas de su edad. ¿A qué se debe?

En esta edad van dejando atrás la infancia y buscan referentes de su edad con los que compartir ideales y aficiones. En la infancia, su modelo de referencia fueron sus padres o cuidadores y con la búsqueda de su nueva identidad, el grupo de iguales toma una relevancia especial.

Para el adolescente puede ser realmente complicado gestionar la independencia de los adultos y la preocupación por agradar a las personas de su edad. Las emociones de vergüenza, timidez y ansiedad serán frecuentes.

¿Cuáles son los trastornos emocionales más frecuentes en esta etapa?

Entendiendo el trastorno como un malestar significativo y durable en el tiempo que interfiere en las diferentes áreas del desarrollo de la persona, los más más frecuentes son los trastornos de ansiedad (trastorno de ansiedad social, trastorno obsesivo-compulsivo y trastorno de ansiedad generalizada, entre otros), los trastornos del estado de ánimo (depresión), los trastornos del comportamiento y los trastornos de la conducta alimentaria (anorexia, bulimia).

La depresión es una de las principales causas de enfermedad entre los adolescentes a nivel mundial.

Es esencial promover campañas de promoción de la salud y prevención de conductas de riesgo, así como detectar y tratar los trastornos de forma temprana.

¿Qué recomendaciones deben tener en cuenta padres y educadores en el plano emocional?

En primer lugar, entender la adolescencia como una etapa más por la que todos hemos transitado, con sus altos y bajos. Los adultos referentes pueden ayudar escuchando (cuando quieran expresarse) y validando sus emociones. No se debe caer en la trampa de intentar “ser amigos” para ganar su confianza dado que perderán su autoridad.

La educación con amor (escucha, empatía, comprensión…) y límites favorece el desarrollo emocional y cognitivo del adolescente, así como aumenta la confianza y el vínculo con los adultos. Las amenazas verbales y físicas, los castigos y las humillaciones solo perjudican su autoestima.

En lugar de prohibir, podemos indicar qué esperamos de ellos (derechos y obligaciones) y las consecuencias de incumplir. Por ejemplo, en casa, de lunes a viernes, deben colaborar en las tareas domésticas, hacer sus deberes y estudiar. Si cumplen adecuadamente, pueden salir los sábados de 17 a 20h con sus amigos volviendo a casa con puntualidad.

A modo de resumen, la adolescencia es una etapa de cambios emocionales notables. Los padres y educadores tenemos el deber de actuar como modelos positivos y ayudarles en su regulación emocional. Diferentes trastornos mentales se pueden desencadenar durante la adolescencia y, por ello, se deben detectar y tratar. No abordarlos tiene consecuencias negativas durante toda la vida (tanto a nivel físico como mental) y niveles más bajos de satisfacción con la vida. Su felicidad es nuestro objetivo.

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